domingo, 22 de noviembre de 2009

Las frías noches de otoño…








Inspiran a pensar en muchas situaciones dignas de reflexión... con o sin café, la mente se despierta, la piel queda expuesta a las emociones y las ideas fluyen libremente a través de los poros...





Que si la vida, que si el amor, que si el trabajo, la economía del país, todo, absolutamente todo cuando insomnes caminamos ante, bajo, sobre, encima, a través de las paredes de la conciencia, yendo y viniendo de la cordura a la locura pensando en los “hubieras”… en los “desearía que…”, simplemente dejando volar la imaginación y despegándose de esa a veces dolorosa realidad





Cada noche al dormir se abandona la conciencia se abona a la inconciencia y se le apuesta a la magia del poder ser sin limitaciones, el frio de las noches otoñales invita al deseo de dormir con el alma cobijada, con un fuerte abrazo regocijante de esperanza, que aleje las melancolías del año que casi se termina y de aquel prometedor que está a la vuelta de la esquina esperando el banderazo de salida para empezar a correr sin detenerse a mirar atrás, una a una las hojas del calendario que simplemente no dejan de caer… junto van todos viviendo día a día con prisa, viviendo sin vivir atentamente los momentos que nos dejan sin aliento, aquellos de los que se forma la vida…





Casi volando sin la emoción de ver un naranja amanecer por la ventana, el estrés, las prisas, vuelven a las personas seres desensibilizados, fríos, autómatas e inertes ante situaciones sensibles ante momentos importantes, ante pequeños trozos de realidad que ya se ignoran de manera deliberada por “falta de tiempo”





La vida es todo ese cúmulo de experiencias buenas, malas hay que amar y dejarse amar, si bien el dolor a veces es innecesario, también suele ser inevitable, es algo de lo que no siempre se tiene el control sin embargo cuando sucede es porque así tenía que ser y lo único que resta es encontrar el sentido de lo ocurrido por difícil que parezca





En una sociedad tan carente de valores, donde se promueve lo plástico y se desplaza lo natural, por salud mental, por amor a la conciencia pura y a la verdad del Ser, al Verdadero Sentido de Vida, es bueno regresar al origen, a aquellas frases de cordialidad a las sonrisas improvisadas y a los “Te quiero” sinceros, a la lealtad a la honestidad, al respeto a la tolerancia, yendo desde adentro hacia afuera, amándose a sí mismo para poder hacer lo propio con los demás





El contacto de persona a persona, el sentir el afecto de los otros a través de las sensaciones del cuerpo a no dejar nada atrás por no meterse en embrollos a aprender a decir SI o NO… a ser razonables mas no inflexibles…





De eso se trata la vida de ser y dejarse llevar, de detenerse a pensar, a sentir y no reprimirse, de volar a través de lo que uno desea, de desear fuertemente y trabajar en ello hasta que se cumpla, una vez que se tenga disfrutarlo como si fuera lo único, lo último, de reconciliarse con el mundo y de practicar uno de los valores más preciados, la Gratitud, cuanto más se agradece, más se recibe, olvidar los dolores, las múltiples quejas, las dolencias físicas y emocionales, de perdonar, de pedir perdón…





De abrazar sin miedo, de besar sin recato, de amar aunque se corra el riesgo de no ser correspondido, de sacar la ira pero, sin lastimar a nadie… simplemente de Dejarse Ser





Por bueno, malo, difícil, cursi o imposible que parezca siempre es posible, y si no… total como alguien muy importante para mi alguna vez me dijo… “Siempre puede ser peor”…





Y pues… esto es la vida y no queda más que vivirla como venga… finalmente, es nuestra única función mientras nos toque existir





Grisel