En primer lugar...
Cuando algo inicia todo resulta esperanzador, lo nuevo emociona, crea expectativas, provoca ilusiones involuntarias.
Al hablar de un comienzo también hablamos de un final, de algo que acabó, que dejó de ser, que se terminó, todos o casi todos siempre necesitamos de un principio y de un fin para tomarnos un respiro, para volver a empezar, para poder tomarnos segundas, terceras, quintas, vigésimo octavas oportunidades, nunca es tarde para empezar, nunca es tarde para darse una siguiente oportunidad, mientras respires, siempre estás a tiempo.
Yo necesito de ti, tú necesitas de mi, todos necesitamos de todos aunque el orgullo lo niegue, aunque la soberbia nos ate de manos y boca para decir si, necesito de ti.
Hoy desperté viendo lo afortunada que soy, quizá sea ese sentimiento de inicio de año que nos invade a algunos aunque no a todos, no a aquellos sin esperanza, no a aquellos intoxicados de sí mismos, no a esos que niegan su propia existencia tomando como referencia la felicidad o infelicidad de otros.
Hoy y mañana y durante todo el año y los que nos resten se vale querer volver a empezar todo lo que dejamos incompleto, aquello inconcluso que todo el año posponemos para cuando "tengamos tiempo", la vida se nos va día a día en el intento de llegar a la meta, de lograr el objetivo, de alcanzar el lugar al que queremos llegar mientras tanto pasamos por alto amaneceres grandiosos, atardeceres despejados, lunas brillantes, excelentes compañías, amores verdaderos disfrazados de "buenos amigos", dejamos de disfrutar lo que comemos, lo que bebemos, hasta lo que vemos por la prisa del día a día, por estar "conectados" a un dispositivo que nos desconecta del mundo y de todos los que nos rodean.
Suena cursi y hasta parece un cliché el "año nuevo, vida nueva" pero hoy particularmente creo que se vale, se vale volver a empezar, se vale querer todo o nada, se vale enamorarse una y otra vez de la misma persona o buscar nuevos horizontes, se vale enamorarse de uno mismo, reinventarse, replantear el camino.
Hoy especialmente siento que merecemos ser, sentir, vivir sin remordimientos, sin culpas y vivir justo como si no existiera un mañana...