Con frecuencia las cosas que hacemos o dejamos de hacer, son claramente influenciadas por el pensamiento muchas veces constante o insistente del tan famoso “qué pensarán de mi”
¿Qué se dirá de mi si yo…?
¿Cómo me veré si…?...... Etcétera…
A menudo esos pensamientos no son más que el reflejo de nuestros propios pensamientos ya que difícilmente alguien nos dirá de frente lo que opina con respecto a algo de nosotros, sin embargo, ese pensamiento nos sigue por donde quiera que vayamos actuando de manera directa e indirecta en las decisiones que tomamos, desde elegir que ponerse, que comprar, donde comer, que look usar, con quien salir o el tipo de amistades que nos rodean, todo esto conforma el mundo de nuestros propios demonios personales, aquellas cosas que de forma absurda nos limitan a hacer lo que en numerosas ocasiones sabemos que nos proporcionará un bienestar tácito pero por el maldito “qué dirán”, permanecemos limitándonos al grado de ser títeres del mundo que nos rodea, según nosotros.
¿No sería más fácil actuar de manera desinhibida, ilimitada y congruente con la manera de pensar personal de cada uno?, si, es decir, si pienso una cosa, digo otra y actúo de otra, ¿no estamos atentando con nuestras propias creencias?, con aquello que nos hace ser como somos, con la esencia de cada persona, aquello que lo identifica de un mundo lleno de mascaras y corazas.
De repente sería bueno levantarse y dedicarse explícitamente a complacer cada uno de nuestros deseos en cualquier campo de la vida del ser humano.
Hacerlo con la firme intención de sentirse satisfechos, plenos, llenos y realizados en el mejor de los casos, decir SI, si en realidad así se desea y dar un NO rotundo cuando no se nos apetezca tener determinada conducta.
Como siempre, la moraleja de esto sería, ser feliz si así se desea, ser infeliz por así permitírselo y sentirse conforme con una vida llena de obstáculos o de caminos y puertas abiertas, la decisión está en cada uno.
Recordemos que los peores jueces de cada uno somos nosotros mismos, de repente sería bueno no juzgarse tan severamente y darse la oportunidad de equivocarse y aprender del error, si se incurre otra vez es por dos razones, una no se aprendió nada en la primera ocasión y dos, por creer que las cosas siempre podrían ser mejor o tres, por estúpido o despistado…
Además es necesario analizar a que es lo que realmente se tiene miedo, a lo que otros digan de mí, o a lo que yo puedo estar pensando acerca de mis acciones… y comportamientos y niego con insistente ansiedad…
Dos frases para analizar:
Existen dos tipos de idiotas: los que dejan de hacer algo porque reciben amenazas, y los que creen que van a hacer algo porque están amenazando a alguien. Paulo Coelho
Existen dos maneras de ser feliz en esta vida, una es hacerse el idiota y la otra serlo. Sigmund Freud
Y recordar algo, el qué dirán, la mayoría de las veces existe en nuestras aturdidas cabezas, el mundo que nos rodea siempre rumorará de aquello que le incomode por alguna situación o que le cause extrañeza o mórbida curiosidad, la decisión está en nosotros, detenernos a escuchar, modificar los comportamientos para satisfacer las exigencias de aquellos que nos observan o… en el mejor de los casos, escuchar, aprender y seguir de frente.
3 comentarios:
Orale con las pedradotas!!!o sea si estoy consciente d q soy presa d mis propios miedos, culpando siempre a la cultura, a la sociedad, a mi educaciòn, etc. etc. etc. sin embargo creo q lo q dices es importante estarlo recordando siempre, a cada momento q se quiere tomar una decisiòn para actuar, decir o pensar algo...es todo un proceso por realizar, y si, en el error asumido està el èxito...el cambio en uno mismo està latente cada dìa, ya lo dice una frase muy citada: renovarse o morir, asì q a renovarse y pues, los demonios tambièn estaràn siempre, porque es parte de nuestro ser, de nuestro continuo andar por la vida,tienes razòn en que no hay que juzgarnos duramente, aunque sea difìcil hacerlo...no quiero sonar repetitiva, pero acepto q tienes mucha razòn, lo difìcil mas no imposible es hacerlo.
Y respecto a ser feliz jaja prefiero "hacerme la idiota",digo..no dejaste otra opciòn, la segunda definitivamente nop.
Esclavos de nosotros mismos, dejando de sentir para adaptarnos a lo socialmente aceptado, para agradar a los demás a costa de lo que deseamos y queremos: Desafortunadamente me ha tocado estar en los dos lados haciendo y dejando de hacer. Lo valioso de todo esto es diferencciar lo que uno quiere con lo que desean los demás. Cuanto damos, cuanto valemos...
Si de algo puedo estar seguro, es que ya estoy del otro lado, ya no es el que diran, sino el como lo voy a hacer, ya no me preocupa lo primero, sino me ocupa lo segundo.
Esta reflexion tuya tan cierta como tan compleja, determinar los escenarios y explotar los forecast de como abordarlos, es lo mas divertido del analisis de la vida misma.
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