Necesito un corazón donde
habitar, una cama donde despertar, una boca que besar, unos brazos que añorar, algunos
sueños compartidos, una mano que tomar, un “amor que hacer”, una noche de luna en compañía.
Se busca pegamento para
corazones rotos a alguien para no extrañar, una confianza ciega, una casa que
habitar, se buscan sueños alcanzables, maletas enormes en las que quepa todo un pasado y buena parte del futuro, el presente lo llevo en las manos...
Regalo utopías, tangos
gastados, cafés sin aroma, eufemismos trillados, situaciones del como nunca al
como siempre, amores furtivos prohibidos y amantes distantes, llamadas de media
noche, correos interminables y libros con culpa escrita en cada línea, impresa
en cada página, obsequio colillas de cigarro apagadas en el olvido y orquídeas marchitas olvidadas en un café.
Vendo anhedonias añejas,
nihilismos baratos, inseguridades aceptadas y remordimientos sin fundamento y solo
por hoy cambio sentimientos por
estabilidad, dono sensación de vacío y acepto mariposas multicolor absténganse
crisálidas no están listas para salir y volar.
Urgen nuevas ventanas,
paisajes verdes, cielos despejados, noches con luna, inviernos helados y
fogatas de regocijo, árboles con ideas maduras que caigan al piso para ser
usadas y niños corriendo por el jardín gritando mi nombre, veranos soleados,
cansancio y sudores en la frente, otoños en el parque y primaveras libres de
austeridad, escaleras de caracol plagadas de
respuestas.
Si alguien tiene, encuentra,
acepta, cambia o compra, es cuestión de avisar.