Desde que recuerdo el lado
izquierdo de mi cama yace vacío esperándote, quiero pensar “te has perdido y
buscas el camino para llegar”… El lado izquierdo de mi cama permanece frío a
veces cálido con tu presencia, a veces frío y más helado también con tu
presencia… luce vacío ausente y en tonos opacos cuando entre sueños abro los
ojos para ver si estás ya aquí.
Tu nombre, el nombre de él o el
nombre de aquel han dejado huella pero ninguno permanece, se quedan en la
historia, he pensado en comprar una cama más chica para no permitir que sobre
el espacio y a las tres de la mañana cuando abro los ojos sigo acurrucada del
lado derecho guardando tu espacio… esperando a que llegues.
¿cuándo será?, ¿cuándo estarás
aquí?...
Llegué a épocas insomnes con la
intención de no esperarte mientras dormía, llegaste a estar aquí y ni siquiera
sentía tu presencia, eres como la sombra de aquel fantasma que se cansó de
errar y caminó hacia la luz.
Eres el recuerdo de aquella
terrible pesadilla que me despertó a media noche y me hizo abrazar la almohada,
cuando mi corazón latía y mis cinco sentidos no lograban conjugarse.
El lado izquierdo de mi cama esté
donde esté, vaya donde vaya siempre te aguarda, siempre te espera… siempre te
busca.
Eso de la cama más chica no
remedió la situación, el remedio es achicar el corazón y comprar una cama
enorme, hacer un mapa de sueños y dejar de esperarte, un día simplemente abriré
los ojos a media noche cálida y estarás ahí… durmiendo plácidamente en el lado
izquierdo de mi cama, ocupando cada espacio de mi ser, cada espacio en mi
interior…